Con la atención mundial puesta en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de Glasgow, debemos plantearnos: ¿cómo han respondido las organizaciones a la necesidad de talento en el sector, y qué más hay que hacer en el sector privado y fuera de él para garantizar que se alcanza el objetivo de Cero Neto?
La crisis climática no es simplemente una cuestión medioambiental. Evidenciadas en los últimos años, las consecuencias de un clima cambiante afectan a todo, desde los derechos humanos y la salud, hasta la economía y la inmigración.
Cada vez son más los sectores y expertos en diferentes campos que expresan la necesidad de centrarse en el clima y la sostenibilidad. Desde diversos sectores, como la salud y los derechos sexuales y reproductivos, hasta la respuesta humanitaria y la inversión de impacto, los actores se están uniendo para aplicar sus capacidades y experiencias en esta pequeña ventana de oportunidad actual para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Hacer frente a la emergencia climática no es sólo responsabilidad de las organizaciones impulsadas por su misión. Las empresas y corporaciones del sector privado deben tomar medidas audaces para que sus prácticas sean más sostenibles; esto incluye invertir en tecnología más ecológica, así como en cadenas de suministro y prácticas más sostenibles.
Esta es una década decisiva, y hay una gran cantidad de talentos que buscan tener un impacto. Sin embargo, los mejores candidatos no se sentirán atraídos por el "lavado verde" ni por simples debates de alto nivel. Buscan incorporarse a organizaciones orientadas a la acción, que avanzan hacia un progreso tangible.
Es innegable que, para que se produzcan verdaderos avances, las organizaciones deben tener una mentalidad abierta respecto a las distintas procedencias y áreas de especialización de las organizaciones y sectores pertinentes. Ahora que el debate sobre el clima se ha ampliado hasta tal punto, debería romper las barreras puestas por las discusiones tradicionalmente dominadas por occidente y la clase media.
Existe el convencimiento generalizado de que las comunidades más directamente afectadas por el cambio climático son las desfavorecidas desde el punto de vista socioeconómico y, a menudo, las que dependen de la tierra o el mar para su subsistencia. En todos los sectores se reconoce que, al incorporar una amplia gama de perspectivas, se logrará el mayor impacto sobre el terreno. La creciente atención a las soluciones basadas en la naturaleza como elemento crítico para abordar la crisis climática es un cambio bienvenido y requiere la aportación de los custodios de nuestros ecosistemas más preciados.
A pesar de un comienzo difícil, la COP26 es un momento decisivo para demostrar que se van a dar pasos y acciones tangibles. Todos deben trabajar juntos, desde los gobiernos hasta el sector privado, pasando por la filantropía y la sociedad civil, para establecer una hoja de ruta táctica que detalle cuál es la mejor manera de invertir el dinero para encontrar soluciones escalables a los problemas a los que se enfrenta nuestro planeta.
El cambio real nunca es fácil y, en última instancia, algunas de estas políticas supondrán el fin de algunos medios de vida -como los que dependen de los combustibles fósiles- y la creación de otros nuevos -como los que reciben formación en hidrógeno verde-.
Tras la pandemia, se nos ha brindado una oportunidad única para replantearnos el funcionamiento del mundo. La oportunidad de aprovechar esta nueva forma de pensar en torno a la flexibilidad y las libertades no debe descartarse, sino que debe conducir a un cambio positivo.
En Perrett Laver, ayudamos a nuestros clientes de todo el mundo a abordar positivamente estos cambios, contratando a líderes comprometidos y motivados de diversos orígenes para impulsar la sostenibilidad de las organizaciones y la agenda Net Zero.
Es el momento de actuar y de dar un verdadero giro, en una década verdaderamente decisiva. También es de vital importancia que, para que se produzcan avances creíbles, el proceso sea inclusivo y los perfiles de los responsables de la toma de decisiones diversos, ya que el cambio climático y su devastador impacto no discriminan.
[1] https://www.undrr.org/publication/human-cost-disasters-overview-last-20-years-2000-2019
Natasha es socia y responsable del sector de Medio Ambiente y Sostenibilidad.
Su experiencia en la búsqueda de ejecutivos de alto nivel incluye nombramientos de consejeros y ejecutivos en la Práctica de Impacto Social y Medio Ambiente.
Natasha es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de Nottingham y desde hace tiempo trabaja como voluntaria para un movimiento juvenil mundial. Dirige el trabajo del bufete en el sector del medio ambiente y la sostenibilidad y recientemente ha sido destinada a Clean Air Fund, una nueva organización filantrópica, para apoyar su rápido crecimiento.